1946–1955 | Los inicios del Unimog y los primeros modelos de éxito.
Desde hace 75 años, el Unimog representa como ningún otro vehículo la eficiencia, la flexibilidad y unas capacidades todoterreno legendarias. Unos visionarios ingenieros, cuyo objetivo era conseguir un portaimplementos universal a motor lo más útil y versátil posible, fueron quienes pusieron los cimientos de esta historia de éxito.
El nacimiento del Unimog.
Albert Friedrich es uno de los creadores del Unimog. Justo después de la Segunda Guerra Mundial, el antiguo director de fabricación de motores de avión de Daimler-Benz constató que había una gran demanda de remolques agrarios para explotaciones pequeñas y medianas alemanas. Además de la aptitud todoterreno, el objetivo principal era una gran flexibilidad para distintas tareas.
A partir de 1946, un equipo comprometido formado en torno a los ingenieros Albert Friedrich, Heinrich Rößler y Hans Zabel desarrolló y probó los primeros prototipos de un vehículo industrial con esas características, en los terrenos de la empresa Erhard & Söhne, en Schwäbisch Gmünd. Hans Zabel fue el responsable del nombre «Unimog», una abreviatura del nombre original en alemán del proyecto «Portaimplementos universal a motor para la agricultura».
Se produjo el Unimog Boehringer.
Al finalizar la fase de desarrollo, se creó un vehículo con tracción integral, bloqueos de diferencial y ejes pórtico que cumplía todos los requisitos de transporte y fuerza de arrastre y, aun así, podía alcanzar 50 km/h. Además, era posible montar implementos acoplados en todos los lados, una clara ventaja frente a los remolques clásicos, que solo permitían montarlos atrás. Para el motor, apostaron por el OM 636 de Daimler-Benz, un motor diésel robusto que ofrecía, al mismo tiempo, un funcionamiento económico.
En 1948 se presentó por primera vez el Unimog ante el público profesional en la feria DLG de Fráncfort. Allí, tuvo una gran aceptación tanto por su capacidad para circular por el campo y por carretera como por su manejo sencillo y su gran versatilidad. En el mismo año comenzó la primera fabricación en serie en la fábrica de los hermanos Boehringer, en Göppingen, que ya había suministrado piezas de fundición para los prototipos.
El símbolo de la primera serie, 70200, de la que se produjeron unos 600 vehículos, es el logotipo de la cabeza de buey. Actualmente, quedan unos 120 Unimog Boehringer de aquella época, muchos de ellos aún en funcionamiento.
Gaggenau se convierte en el hogar del Unimog.
A causa de la creciente demanda del Unimog, también para fuera de Alemania, la capacidad de producción de Boehringer ya no era suficiente. Se formalizó un contrato de compra con Daimler-Benz y en 1951 comenzó la producción en la fábrica de camiones de Gaggenau. Unos procesos de producción más racionales permitieron fabricar muchas más unidades de la nueva serie 2010 con muy pocas modificaciones en el vehículo, que siguió comercializándose como «Unimog 25 PS». Así, en los primeros siete meses de 1951 se produjeron unos 1.000 Unimog en Gaggenau.
Las tomas de fuerza mejoradas permitieron nuevas aplicaciones en silvicultura y también en el trabajo de campo. De pronto, los trabajos para los que solían necesitarse muchas manos podían realizarse con una sola persona. Rápidamente se añadieron otras posibilidades de uso del Unimog como vehículo de bomberos o en la construcción de carreteras.