Schlingmann es pionero con el Unimog autobomba.
Hablamos del año 1975: en agosto, el norte del país experimenta temperaturas cercanas a los 35 grados durante todo el día con solo un 30 por ciento de humedad. De repente, la catástrofe: sobre los bosques del brezal de Luneburgo y el Wendland se elevan espesas nubes de humo. Se da la alarma para los cuerpos de bomberos de las regiones cercanas y de algunas más lejanas. El calor y los vientos cambiantes dificultan la labor de los equipos de emergencia. Los trabajos de extinción duran días. El mayor problema: la falta de suministro de agua en un terreno impracticable. El mayor incendio provocado hasta la fecha en Alemania afectó a 8.000 hectáreas de bosque y 5.000 hectáreas de zonas pantanosas y brezales, y se cobró la vida de siete personas.