El amor va
en el vehículo.

Cuando la pasión por el Unimog se convierte en amor.

¿Citas online? ¿En el supermercado? ¿Amigos de amigos? En absoluto. A Amelie y Jan Schneider los unió su amor por el Unimog. Por eso, cuando suenan las campanas de boda para una pareja de fanáticos del Unimog, el Special Truck no puede faltar en la celebración.

Conocerse bajo la buena estrella.

«Nos conocimos en un encuentro de clásicos en Sievershausen», explica Jan sobre el aquel día de septiembre de 2011, que empezó como una actividad de ocio y acabó con mariposas en el estómago. «Mi mujer estaba allí con su 411 Cabrio, yo con mi 424 U1000», continúa el fan del Unimog. Esa pasión común unió a la joven pareja, el resto es historia: nueve años después, sellaron su unión para toda la vida con ambos Unimog aparcados frente a la iglesia.

Potencia: sí. Carroza nupcial: no.

Después de la boda civil en abril de 2020, que no se pudo celebrar como habrían querido los novios debido a las medidas por el coronavirus, a Amelie y Jan Schneider les hizo mucha ilusión la ceremonia religiosa, que tenía que celebrarse el otoño siguiente. «Queríamos que nuestros Unimog nos esperaran delante del ayuntamiento. Por desgracia, no fue posible. Los vehículos adornados habrían llamado demasiado la atención y, por seguridad, había que evitar que se formaran aglomeraciones», explica Jan Schneider.

Por desgracia, en otoño, la pandemia seguía condicionando la vida, por lo que no fue posible hacer una gran fiesta. «Nos casamos por la iglesia el 5 de septiembre. Esta vez, los Unimog que nos habían unido no podían faltar», cuenta la pareja.

Amor a primera vista.

Para la boda, la pareja restauró el Unimog 411 gris guijarro, del año 1960, siempre con el apoyo experto de los especialistas del museo de Unimog de Gaggenau. «Hemos necesitado dos años y 1.500 horas de trabajo para ponerlo al día», comenta Amelie Schneider.

Un esfuerzo necesario, ya que estos fanáticos encontraron el Special Truck en un desguace, bajo una lona. El hallazgo se convirtió en un gran proyecto al que la pareja, aún no casados, dedicó su tiempo libre. «En verano, después de trabajar, pasábamos todas las tardes fuera, trabajando en la restauración mientras había luz», recuerda Amelie Schneider, que aprendió a conducir con el Unimog de su padre.

El vehículo multiusos también puede con un matrimonio.

«Nuestra pequeña colección ya tiene cuatro Unimog», cuenta Jan Schneider. Los dos 411 de los 60, un 424 U1000 de 1977 y un Unimog 406, de 1970, que está restaurando actualmente con su mujer y su suegro; por supuesto, Amelie y Jan Schneider son miembros del club Unimog de Gaggenau. Esto les permite charlar con otros aficionados y obtener el mejor soporte posible para sus futuros proyectos. Sea lo que sea lo que el futuro depare a los recién casados, una cosa está clara: sus Unimog estarán el día de su décimo aniversario, y de todos sus aniversarios.

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