Mantenimiento regular de arcenes con el Unimog a prueba de acumulaciones de agua.
Cuando sus amigos se ríen y dicen que Michael Hueske «se pasa de la raya trabajando», no se ofende en absoluto. Y es que la verdad es el área de trabajo de su empresa está al otro lado de la línea delimitadora de la calzada. Concretamente: el equipo de conservación del paisaje de Hueske, de Ahaus, mantiene en orden los arcenes de todas las carreteras de la región. Desde el carril bici hasta la autopista, los empleados se encargan cuidar los arcenes, en los que se acumulan suciedad y hierbas, para que siempre cumplan su función.
Mantenimiento de arcenes en 400 kilómetros de carreteas.
En 2004, Michael Hueske heredó la empresa de su padre. Conoce personalmente cerca de 400 kilómetros de carreteras alrededor de las instalaciones de su empresa: «Recomendamos frear el arcén entre cada cinco y diez años. El polvo y la vegetación hacen que el arcén se eleve poco a poco, y con ello aumenta el peligro de aquaplaning y de sufrir daños por heladas en la calzada». El arcén es un palmo más bajo que la carretera en sí. Con una pendiente de entre el seis y el doce por ciento, se evita la acumulación de agua en la carretera.
En algunos casos, lo que ocurre es lo contrario. Especialmente en carreteras estrechas, los vehículos circulan por el extremo de la carretera y el arcén se presiona hacia afuera. En estos casos, se utiliza la tecnología de Hueske para soltar el material, mezclarlo y volver a compactarlo en el arcén.