La bodega de Würzburg no solo apuesta por añadas viejas.
Trabaja para el negocio desde hace 40 años. Lo conoce todo y a todos, todas las historias y todas las máquinas. Cuando se le pregunta por el Unimog al maestro viticultor Günter Wohlfart, este habla con todo lujo de detalles. En los años 60 llegó el primer Unimog a las instalaciones de la bodega ubicada en Bürgerspital zum Hl. Geist, en Würzburg.
En servicio desde hace 40 años.
«Fue un acontecimiento muy destacada en aquella época. Los conductores del Unimog eran verdaderos privilegiados. Ninguno se bajaba para abrir las paredes de la caja de carga. Eso lo hacían otros. Entonces, los conductores del Unimog se quedaban sentados». A principios de los años 70, cuando se lanzó la serie 406, el viñedo Bürgerspital no perdió la oportunidad: los 84 CV del Unimog eran una ayuda muy valiosa para el trabajo diario. «El Unimog es simplemente más rápido que remolcador». Los cuatro Unimog adquiridos en aquella época siguen funcionando de forma fiable hoy en día.
Günter Wohlfart fue testigo de todas las nuevas incorporaciones. «Actualmente, solo utilizamos el Unimog para el transporte», explica Wohlfart. «Antes, había un cabrestante montado en la zona entre los ejes. Lo utilizábamos para arar entre las vides en pendientes pronunciadas. El Unimog demostró una gran resistencia. En la parte delantera tenía una bomba de 60 atmósferas relativas para la protección de la vegetación. Nos proporcionaba la fuerza necesaria para la pistola rociadora manual». Este equipo opcional ya no es necesario hoy en día,ya que utilizamos diez tractores para viñedos que resultan más eficientes para el uso directo en las viñas.